Cruzando la línea

¡Ya se me había ido la olla con el post de hoy! Si es que no hay nada como estar en casa para que te vuelvan loca y se te olvide hasta cómo te llamas…

Pues nada, al lío, os dejo con una preciosa canción para ambientaros en el monólogo de hoy. Disfrutadla!!

En cirugía hay una línea roja en el suelo que separa los lugares del hospital accesibles para todos de los que solo lo son para unos pocos. No se puede cruzar sin autorización. Las líneas se trazan por algún motivo. Para salvaguardar, para garantizar, para prohibir. Si decides cruzar la línea, lo haces por tu cuenta y riesgo. ¿Entonces por qué, cuanto más ancha es la línea, más nos apetece cruzarla?

No podemos evitarlo: vemos una línea y queremos cruzarla. Quizá por la emoción que nos produce pasar de lo familiar a lo desconocido, una especie de reto personal. El problema es que en cuanto cruzas es casi imposible volver atrás. Pero si consigues quedarte al otro lado, te sentirás mucho más seguro.

Anatomía de Grey, temporada 2, capítulo 15.

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