Hola a todos. Ya sé que hoy es día de #RMs, pero antes me he visto obligada a escribir este post. Así que hoy tendréis ración doble.
Todos los años se crea una gran expectación en torno a la campaña publicitaria de Lotería de Navidad, que junto a la de Freixenet, es una especie de cuenta atrás que nos lleva de la mano hasta estas fechas tan especiales para casi todo el mundo.
En 1998 llegó a la pequeña pantalla un personaje que se convertiría, con el paso del tiempo, en un icono: el calvo de la Lotería. Interpretado por Clive Arrindell, actor inglés desconocido para el público español, repartía ilusión en un anuncio de estética muy cuidada, en blanco y negro, y con una banda sonora memorable (de la película Doctor Zhivago). Contaba historias. Te emocionaba.
El claim:
Cada Navidad, tus sueños juegan a la Lotería.
Pero un buen día, los señores de Loterías cambiaron de agencia y el calvo, creación de Publicis España, desapareció para siempre… Y desde entonces, para mi gusto, la cosa fue de mal en peor. Hasta llegar al anuncio de 2013. Lo de este año es incalificable.
Por suerte o por desgracia, conozco bastante de cerca Tactics Europe, la agencia encargada de esta abominación. Y lo único que puedo decir es que ahora lo entiendo todo: la controversia generada en Twitter anoche, que a menos de 24 horas de su estreno ya haya una parodia…
Me parece un spot rancio y hortera, que pretendiendo ser cercano, nos aleja de ese algo tan entrañable que tenía el calvo. Y a vosotros, ¿qué os parece?
yo a “TICTAC” los he sufrido en las carnes de mi compi de piso :)
te ha faltado el enlace a la parodia, he tenido que buscarla
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Cómo sufrías por mi, y cómo me cuidabas, dándome besos y halas, y dejándome algo rico de cenar cuando llegaba a las tantas… :)
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pero mira que el anuncio da grima, eh? ayer no pude pasar de cuando aparece Raphael por primera vez, hoy lo he visto entero y mmmmpphfff… voy al baño!!!
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Te iba a dar las gracias por ponerlo, que no lo había visto. Pero creo que ahora te odio :-)
(PS: A mí, la Caballé, me da miedo…)
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La Caballé no da miedo, da pavor… Pero lo de Raphael, ¿qué me dices? Es un despropósito de principio a fin. No sé si más culpa de la agencia por proponerlo o del cliente por aceptarlo. QUE VUELVA EL CALVO YA!
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